HISTORIAS DE UN HOMBRE DECONSTRUIDO

domingo, 7 de julio de 2013

LA GUERRA DE LOS GRUMOS


     Hoy va de crítica teatral.

     Nunca me gustó el mes de julio, hace demasiado calor y me deshidrato hasta la momificación. No sudo, me evaporo. De modo que busco refugio en garitos con buen ambiente y cerveza fría. Y haberlos, en Madrid, los hay a patadas. Pero esto no es la Guía del Ocio y, como ya he comentado anteriormente, hoy el asunto va de teatro. Así que iré al grano.
     “La guerra de los grumos” es una obra breve de teatro que actualmente se puede disfrutar en Microteatro por dinero, uno de esos locales de los que os acabo de hablar. Entras, te pides una cerveza (¿en qué momento exacto pasaron los tercios a costar tres euros? Aún recuerdo cuando la cerveza manaba de las fuentes, se podía fumar en la consulta del médico y todo esto era campo, hijo mío… pero estoy divagando), charlas y eliges entre las cinco funciones que ofrecen; como si las quieres ver todas (hay varios pases, el precio de cada una es más que módico y ninguna excede los quince minutos).
      El atractivo de esta obra en particular es que parte de una discusión que mucha gente puede haber tenido: ¿Eres de Cola-Cao o de Neskuiq, Neskuik…, Nesquik? (Mierda, ni tan siquiera sé cómo se escribe ese pseudo-brebaje).
     Javier y Sofía León (guionistas y directores) cogen esta idea y la llevan hábilmente al terreno del absurdo, a una guerra sin cuartel entre los partidarios de uno y otro bando, salpicando el escaso cuarto de hora de duración de chistes bien hilados y esa cultura pop que, sin llegar al frikismo, todo treintañero que se precie engulló hace años a golpe de spot publicitario.
     Por su lado, Jerónimo Salas y Ezequiel Romero ponen sus buenas dosis de oficio a la hora de dar vida a un par de soldados del bando Cola-Cao. Hemos visto muchas veces a esos soldados, al sargento pasado de vueltas y al recluta que no sabe bien qué carajo hace ahí, con lo bien que se estaba en casa, pero pocas veces han arrancado tantas risas en tan poco tiempo.
     Y merecen una mención especial tanto el decorado que se ha trabajado Daniel Yábar para la ocasión, como la elección de Jimmy Hendrix para acoger al espectador; logran que uno entre en situación al instante.
     De modo que si eres de los que se evaporan en el mes de julio, aprecian el buen humor y gustan de cervezas frías (que se pueden meter en la sala, fuck yea!)… ya tienes dónde refugiarte.

 


     Y no puedo despedirme sin, al menos, reseñar otra de las obras que este caluroso mes de julio os esperan en Microteatro por dinero: “Luto”. Un muy buen texto de Nacho Redondo, dirigido por Álex Rodrigo e interpretado por el propio Nacho Redondo y Nahia Láiz. Ver esta obra y a estos actores es toda una sorpresa, una grata sorpresa.
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